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  • Foto del escritorWe See You Magazine

Despojada: Mi yo negro

Por: Courtney Simmons


Este artículo fue traducido del inglés*


Mis años de formación estuvieron llenos de odio a mí mismo. Constantemente deseaba que mi piel fuera blanca como la nieve, que mi cabello fuera lacio como un alfiler, que el número en la escala fuera de un solo dígito. Sabía que nunca sería hermosa según los estándares de la sociedad.


El escenario de mi infancia fue en los suburbios de Seattle, Washington. Mi familia tenía el tono de piel más oscuro que la mayoría ha visto. Incluso en el Seattle históricamente liberal, me consumían los pensamientos de mis notables diferencias. Cada interacción en el patio de la escuela estuvo llena de microagresión de niños blancos de 8 años.


“¿Puedo tocarte el pelo?”, “¿Tienes papá?”, “No puedo creer que hayan elegido a la negra gorda por encima de mí”. Todas las declaraciones utilizadas en mi contra para reprenderme y menospreciarme.

Sé que el acoso racista infantil está destinado a fortalecer a las mujeres negras y darnos una "piel dura", pero ¿por qué tiene que ser así? ¿Quién nos dio ese horrible rito de iniciación? ¿Y por qué los niños negros tienen que soportar esto no solo de los niños sino también de los adultos? Por eso digo, "Ser una mujer negra es lo más difícil que alguien puede ser".


Creo que la magia de las chicas negras es producto de nuestros sufrimientos y la esencia de la magia son nuestras lágrimas y el dolor que escondemos. Es mágico que podamos seguir siendo el blanco de todas las bromas, pero aún tener una sonrisa en nuestro rostro. Es mágico que las mujeres negras tengan 3 veces más probabilidades de morir en complicaciones del parto y el embarazo, pero aún así eligen tener y criar hijos para que sean miembros productivos de una sociedad que nos odia.


A través de todo el trauma de la infancia, me di cuenta de que mi yo negro es algo que nunca cambiaría. Me encanta el brillo de mi piel de melanina en verano. Me encanta la variedad de rizos en mi corona. Amo los giros y vueltas del cuerpo que protege mi preciosa alma. Me encanta poder establecer mi amor propio, al mismo tiempo que reconozco las luchas y el dolor que una vez sentí.

Ahora, mi edad adulta está llena de amor propio. Establecerme como alguien a quien amo. Usar las quejas de mi infancia de una manera que no me obstaculice, sino que me eleve.


Recurso de: Pinterest

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