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  • Foto del escritorWe See You Magazine

Homofobia y Xenofobia Profesional

Actualizado: 29 dic 2021

Por: Adams Matute


Hola mucho gusto, me presentaré con el seudónimo Adams Matute, para sentirme con más libertad de contar mi historia sin miedos ni prejuicios. 


Desde muy pequeño se me inculco en estudiar una carrera profesional que me diera la oportunidad de subir mi estatus y me diera un puesto en esta sociedad moderna, pero al mismo tiempo que explotara mis habilidades y destrezas. Aunque siempre me he inclinado a la parte artística, como el canto, las artes escénicas y la escritura; llámese poesía o escritura novelística. 


Cuando comencé con mi secundaria educacional, fui inscrito en un colegio técnico, donde saldría preparado para el campo laboral como técnico medio en electricidad. Ya con esa educación adquirida continúe con la rama y estudie en la universidad la carrera de ¨Ingeniería Eléctrica¨. Y así progresivamente en el año 2016 ya estaba graduado y listo para cumplir con mis propósitos implantado de pequeño por mis padres. 


En ese mismo año, comenzó mi travesía buscando empleos en mi carrera, para ir adquiriendo conocimientos y en un futuro postular a empresas más grandes con la confianza necesaria. Pero no era tarea fácil y mucho menos para un chico como yo, 

Y ¿porque digo esto?


Admito que siempre he sido una persona con gestos y forma de ser marcada y afeminada en algunas ocasiones, que siempre me trajeron problemas desde niño. En la primaria el bullying de mis compañeros por ser delicado, en la secundaria por ser amanerado y con rasgos más finos que los demás niños. Ahora imagínate en la universidad y después de graduarme como me miraban y me juzgaba la gente por el simple hecho de ser diferente a ellos. ¿Era mi culpa? Fue ¿culpa de mis padres? O simplemente ¿nací en una sociedad machista y homófoba?


Cuando me dirigía a las entrevistas de trabajo, no me tomaban en serio que una persona como yo postulara a trabajos que eran realizados por heterosexuales o gays de closet que no eran tan afeminados o evidentes. Aclaro que en esos momentos yo no aceptaba mi orientación sexual, luchaba cada día por parecer y verme como un hombre machista y normalmente correcto, pero era mi naturaleza ser como era y no podía evitarlo. Tampoco era una persona muy suelta y sonriente que a todo el mundo caía en gracia. 


A pesar que fuera como fuera, en ningún lugar me aceptaban ni me daban la oportunidad de demostrarles mis habilidades. En la secundaria como en la universidad, mis talentos en la electricidad eran siempre entre los primeros. Yo sabía taladrar, romper paredes, entubar, jalar cables, colocar todo tipo de dispositivos, de hacer sistemas de energía residenciales como industriales, me sabia la simbología de pies a cabeza, pero todo esto era echado a un lado por el siempre hecho que yo era más arreglado o me vean muy femenino para tomarme en cuenta, y me tenía que conformar con solo ser el mejor pero no el más capacitado para serlo. 


Deje de insistir y a pocos meses se me abrió la posibilidad de emigrar del país y comenzar de nuevo en otro lugar con muchas oportunidades laborales. 


Como todo un profesional aliste todos mis papeles y me fui a Perú, con la esperanza de en el extranjero lograr ejercer la carrera en la que me había preparado por años desde muy joven. Pero en ocasiones nuestras expectativas superan una realidad latente. 


En el extranjero no solo me debía enfrentar con lo que para mí ya era común ¨señalado por ser gay¨ sino que también con la ¨Xenofobia¨ un término que no lograba entender con claridad. 


¡No puede ser! 


Como no era difícil ya ser juzgado por tu forma de pensar y hablar, te caía encima ahora este señalamiento por tu nacionalidad. 


Soy de Venezuela.

 

En cada empresa que iba, era esa misma mirada familiar que ya conocía, ahora agregando los murmullos de mi procedencia. 


¿Cómo condenas a alguien sin conocerlo? , ¿Cómo le cierras las puertas a alguien sin el beneficio de la duda?


Ver en la televisión nacional y en sus noticiero estelares, como nos marcaban a todos como ladrones, prostitutos, estafadores, personas perjudiciales, dándole consejos a sus ciudadanos a no darnos trabajo, a no alquilarnos habitaciones o viviendas, ni mucho menos comprar lo que un Venezolano estuviera vendiendo en la calle para intentar sobrevivir. Entiendo que no todas las personas somos buenas, y que la delincuencia no tiene nacionalidad ni color, pero que los canales de televisión, periódicos y estaciones de radio se prestaran para alimentar a los pueblos de odio y xenofobia para mis compatriotas era tan doloroso y fuerte para conllevar. 


También sé que victimizarte no te llevará a ningún lado y mucho menos estando en otros país comenzando de cero. Con fuerzas hay que salir adelante; así todos este en tu contra, demostrando que puedes y tienes el deseo de comerte el mundo. En los países que emigre, como  me conseguí con personas que no pensaban de esa forma tan negativa de nosotros y mucho menos de mí, pero su voz era opacada casi completamente por las demás personas ignorantes que seguían alimentando de odio a todos y donde tuvieran la oportunidad de expresas su desprecio lo hacían. 


La frustración que siento hoy y la que he sentido toda mi vida, va en aumento, sentir que posiblemente perdí todo mi tiempo intentando ser alguien que en la sociedad machista del siglo XX aún no puede aceptar. ¿Será que un homosexual no puede o no tiene la misma fuerza que un heterosexual?,  ¿mis conocimientos son menores que los demás que son considerados ¨normales¨?, ¿existen carreras profesionales que son solo para heteros y no para los que somos diferentes?, o ¿será que los gays, lesbiana, tras géneros y demás, solo pueden ser: Modelos, peluqueros, gigolos y vivir en las sombras de los demás?


Yo no soy una basura, soy un ser humano con talentos y capacidades que necesita una oportunidad. 


Posdata: No he dejado de luchar por tener el espacio que necesito en este tiempo. No pierdo mi fe



 








Fotografía: Sesión fotografía en Barranco-Perú con mi instrumento musical ¨Viola¨


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